Repudio y vergüenza es el sentimiento que tiene la gran mayoría de colombianos al conocerse la noticia que el embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Alejandro Ordóñez, fue elegido como vicepresidente del Consejo Permanente para este primer periodo.
Junto a Ordoñez, la OEA eligió como presidente a Carlos Alberto Calles, representante del Salvador. El Consejo Permanente tiene como una de sus tareas principales velar por el mantenimiento de las relaciones de los Estados Miembros y lograr que las controversias se solucionen de manera pacífica. Ordóñez será vicepresidente desde enero hasta marzo de este año, esto porque según el reglamento de la OEA el presidente y vicepresidente deben rotar cada tres meses de acuerdo al orden alfabético.
Perfil
Alejandro Ordóñez es un abogado graduado de la universidad Santo Tomas de Bucaramanga, desde los inicios de sus estudios demostró un fervor por la ultraderecha, la religión y unas ansias infinitas de poder.
En Colombia se recuerda cuando al estilo nazi, Ordóñez realizó una quema de libros en una plaza pública de Bucaramanga, los cuales supuestamente consideraba que tenían contenidos pornográficos y comunistas, su tesis de grado estuvo relacionada con la religión católica y su influencia en la política.
Durante los diferentes cargos que ha ocupado, Ordóñez ha demostrado que en la política funciona el todo vale, en todos sus cargos tuvo problemas por sus polémicas decisiones, un ejemplo es cuando revivió la sanguinaria Directiva ministerial 029 de 2005 por medio del cual el Ministerio de Defensa desarrolló una directiva para el pago de recompensas que desencadenó una serie de asesinatos y ejecuciones extrajudiciales conocidos como “falsos positivos”.
Se ha caracterizado siempre por discriminar a las minorías y sancionar a los que no piensan igual que él como sucedió con Gustavo Petro, y al contrario ha sido un ferviente defensor de los parapolíticos, en muchas ocasiones le pidió a la Corte Suprema que suspendiera las investigaciones, ya que según él los parlamentarios nunca habían actuado por fuera de la ley. Afortunadamente en muchos casos no logró sus objetivos.
Cuando se pensaba que el fin de su carrera política llegaba con la destitución del cargo de Procurador General, porque compró su reelección nombrando en cargos públicos a familiares de los magistrados de la Corte y familiares de senadores, su cercanía ideológica con Álvaro Uribe Vélez lo encumbró directamente a un sillín en la OEA.
Enero 17 de 2019