Duque: Tú no tienes ningún mérito para estar presidiendo el destino de cincuenta y un millones. Eres un vivo de la política. Otro. Otro más. Como el que te puso. Y nada más.
El que te puso, tu mentor, uno muy mencionado últimamente en You Tube, se ha portado muy bien contigo, aunque hoy no lo has de tener muy contento, pero qué remedio, se tendrá que resignar él, no le queda de otra. Primero te perdonó lo que opinaste alguna vez contra él. Luego, absuelto el pecador, puso a tu servicio la engrasada maquinaria electoral de su mafia política y te llevó al Senado, de padre de la patria. Unos padres absolutamente sui generis pues no mantienen a sus hijos sino que por el contrario, nosotros, los hijos, los tenemos que mantener a ellos, y con unos sueldos impúdicos en un país que han sumido en la miseria. Y luego, levantándote del trasero te encarnó tu mentor en el solio de Bolívar con el que sueñan los peores colombianos. Yo no. Yo lo que quiero es una vejez tranquila, en paz conmigo mismo y con Dios, con el Espíritu Santo y la Virgen de Chiquinquirá. Y con Uribe, con Petro, con Cepeda, con Gaviria, con Pastrana, con Santos, con Claudia López, con su mujer, con De la Calle, con Robledo, con Fajardo, con Gutiérrez, con Quintero, con los Galanes, con los Char, con el fiscal, con el procurador, con el defensor del pueblo, con todas las Altas Cortes y toda la Coalición de la Esperanza, tracamanada de parásitos y atropelladores públicos, ideadores de todo tipo de tropelías burocráticas y reformas tributarias, hijos de la gran puta que en mala hora los parió para desgracia de todos nosotros.
Duque: tú eres el culpable de los muertos y el vandalismo del paro. Tú lo provocaste. ¡Miserable!
Fuente: Los Danieles