Quizá sea demasiado prematura esta reflexión sobre las próximas elecciones de presidencia y congreso de 2026, pero considero necesario ir recordándole a los ciudadanos de Soacha las causas de sus periódicas frustraciones relativas al mejoramiento de sus condiciones de vida dignas.
Es claro que no toda la población actual de la ciudad es soachuna, y que no todos han desarrollado el mismo grado de identidad y pertenencia con ella, pero es más claro que todos sin excepción, tienen el derecho a mejorar su bienestar; sin embargo, esa ciudadanía a lo largo de varias generaciones ha venido padeciendo los graves efectos de los pésimos gobiernos que la ciudad ha tenido.
Sus habitantes, sin distinción de origen, estrato, nivel educativo o profesión, hombres, mujeres, jóvenes y niños en mayor o menor grado, han vivido en carne propia los problemas de la inseguridad, el desempleo, el acceso a la salud, la educación y en general el pobre crecimiento del bienestar general que ha caracterizado la deficiente gestión de cada gobierno local.
Estas circunstancias cada cuatro son aprovechadas por providenciales salvadores locales y foráneos sin que sus dificultades y problemáticas hayan disminuido significativamente. Y las próximas elecciones de 2026 al congreso y la presidencia no serán la excepción para que la escena no se repita como historia sino como tragedia.
Es oportuno recordar que Saldarriaga luego de haberse tomado el partido verde de Soacha, fingiendo su apoyo a Petro, logró llevar a la Cámara su voz en cuerpo ajeno con Liliana Rodríguez, quien brillo por su ineficiencia legislativa, convirtiéndose de paso en su acérrimo contradictor y fanático de las tesis guerreristas del condenado Álvaro Uribe Vélez, quien enfrentará un nuevo juicio por su presunta participación en la muerte de defensores de derechos humanos y varias masacres ocurridas en su ejercicio como gobernador de Antioquia y como presidente de Colombia.
En esta ocasión, el salvador providencial aspira a ser el ex alcalde Saldarriaga quien luego de pasar sin pena ni gloria por el concejo municipal y de ejercer como mandatario dejó la ciudad endeuda, profundizo la pobreza, creo empresas que beneficiaron intereses privados, incurrió en detrimento patrimonial, afronto la pandemia favoreciendo a sus electores con mercados según lo denunciaron algunos medios locales, reprimió violentamente a la juventud que participó en el Estallido Social, y frente a los graves hechos en el CAI de San Mateo en el que perdieron la vida 8 jóvenes allí detenidos, la justicia aún está pendiente de determinar su presunta responsabilidad.
Lo que la ciudadanía de Soacha no debe ni puede olvidar es que el partido Centro Democrático se ha venido oponiendo sistemática y rabiosamente a todas las reformas que el Gobierno del Cambio ha intentado implementar para mejorar las condiciones de vida de la población.
El Centro Democrático, como ustedes recordaran, se opuso a la paz, se opuso al referendo contra la corrupción, se opuso a la reforma pensional, estuvieron en contra de la reforma a la salud, impidieron la reforma a la justicia, y en general contra todos los cambios que pudieran mejorar las condiciones de vida de nuestros coterráneos y compatriotas.
Para ello ha venido acudiendo a toda suerte de estrategias, muchas de ellas violatorias de la constitución y la ley, y que Saldarriaga de llegar a ser representante, reforzará con vehemencia y odio visceral las propuestas que aspiren al mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
**Ángel Humberto Tarquino (Soacha, 1960), sociólogo, docente, escritor, historiador, periodista y columnista de SOACHA ILUSTRADA.