El próximo 26 de octubre se realizará por primera vez en la historia colombiana un hecho que cambiará definitivamente el rumbo de la política nacional. Me refiero a la consulta popular a la que acudirán los partidos políticos de izquierda, democráticos y progresistas para conformar las listas y el orden de los aspirantes a la cámara de representantes y la presidencia de la república.
La realización de este ejercicio inédito, que, a pesar de estar consagrado en nuestra constitución política, al que nunca se había recurrido en la práctica de la política colombiana, recaerá en las nuevas generaciones y los partidos alternativos de izquierda, quienes darán ejemplo de democracia al interior de sus militancias, sus procesos sociales y su acción política.
Tan significativo hecho por supuesto no estará exento de errores, controversias y tensiones, por la inexperiencia, pero también permitirá medir la madurez, la responsabilidad y el liderazgo de las dirigencias políticas para superar las formas autoritarias de decidir aspectos cruciales en la definición de sus representantes en las diferentes corporaciones públicas locales, departamentales y nacionales que aun permaneces arraigadas en algunos sectores políticos.
Así mismo, será una verdadera lección de democracia que recibirán los seguidores de los partidos políticos tradicionales para que se sacudan y se independicen de esas prácticas en las que sus dirigencias siempre han impuesto sus intereses políticos y los intereses económicos de sus financiadores sobre los intereses de sus electorados.
La lección, que tiene como escenario todo el territorio nacional, concentra el interés nacional e internacional de medios y gobiernos amigos, quienes desean una masiva votación, y los detractores, que anhelando un fracaso han acudido a toda suerte de estrategias, entenderán y aprenderán que ninguna fuerza por poderosa que sea, se podrá oponer a la voluntad popular libre.
En este hecho sin precedentes, tres lideres locales esperan recibir el favor y apoyo de los electores no solo locales sino de todo el departamento que les permitan conformar el orden de la lista que por el territorio intentaran llevar la vocería de Cundinamarca en el Congreso de la República.
Lo ideal para Soacha sería alcanzar esas tres curules para lo cual requieren del apoyo masivo de los ciudadanos, no solo en esta consulta que los posesionaría favorablemente en la lista cuyo orden se definirá de acuerdo al número de votos obtenidos en ella, y que de apoyar masivamente en las elecciones de marzo de 2026, contrarrestarían la nefasta llegada del ex alcalde Juan Carlos Saldarriaga a esa misma corporación por el centro democrático de la mano del condenado expresidente Álvaro Uribe Vélez.
A diez días de la consulta popular, los tres aspirantes deberán redoblar los esfuerzos de sus campañas para persuadir a los votantes con propuestas viables, enfocadas al mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes del municipio y del departamento, así como a todos los colombianos en general pero también a realizar un control político riguroso al desempeño de los funcionarios del gobierno en la ejecución de los recursos públicos con eficiencia y transparencia.
A poco menos de un año de concluir el presente gobierno ha mostrado deficiencias y errores que no se pueden ocultar, pero tampoco repetir ni permitir, pero más han sido los logros mostrados en diferentes campos que se requieren profundizar, del mismo modo que avanzar en nuevas reformas en áreas y sectores que requieren introducir cambios sustanciales para mejorar su gestión y ejecución, su transparencia y alcances sobre el bienestar de la población colombiana
**Ángel Humberto Tarquino (Soacha, 1960), sociólogo, docente, escritor, historiador, periodista y columnista de SOACHA ILUSTRADA.