Los colombianos deberán responder sí o no a: «¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?»
«¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?», esta será la pregunta que los colombianos deberán responder “sí” o “no” en el plebiscito del próximo 2 de octubre para refrendar el acuerdo de paz con las FARC.
El Presidente Juan Manuel Santos, acompañado por el Vicepresidente de la República, los Ministros del Despacho y los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, firmó este martes en la Casa de Nariño el decreto que convoca el plebiscito para el próximo domingo 2 de octubre y reveló la pregunta que tendrán que contestar los colombianos.
El Congreso de la República aprobó convocar el plebiscito a petición del presidente, Juan Manuel Santos, que envió los acuerdos a la Cámara de Representantes el pasado jueves 25 de agosto, un día después de que se anunciara de forma oficial el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC luego de cuatro años de negociaciones.
La consulta había sido una promesa del propio presidente Santos desde que se iniciaron las negociaciones. «La última palabra la tendrán los colombianos«, aseguró en varias ocasiones.
La batalla por el plebiscito ha llenado de incertidumbre la política colombiana en el último mes. Desde que el expresidente Álvaro Uribe Vélez, enemigo del proceso de paz, iniciara una campaña por el “no”.
Para que el plebiscito sea aprobado en las urnas bastara con que logre el 13% del censo electoral. Es decir, unos 4,5 millones de votos favorables, por otro lado, la Corte Constitucional determinó que solo se podrá votar “sí” o “no”, por lo que los votos en blanco no contarán.
En el caso que gane el “si” en el plebiscito se le dará validez a los acuerdos de paz con las Farc y el Gobierno podrá tramitar las normas necesarias para implementar los puntos del acuerdo. Una herramienta para esto sería el Acto Legislativo para la Paz, una iniciativa que permitiría incorporar los acuerdos al régimen legal y constitucional, a través de proyectos presentados al Congreso por el presidente. Este mecanismo le otorga al presidente la posibilidad de expedir decretos con carácter de ley. Además, establece un procedimiento especial y transitorio para que el tiempo de legislación sea más breve de lo que normal. Por ejemplo, una reforma constitucional que podría tener ocho debates, podría quedar reducido a cuatro.
Las consecuencias de que el “no”’ se imponga en la votación del 2 de octubre son inesperadas. Para algunos sería continuar la guerra que ha cobrado cerca de un millón de muertos, mientras que para otros el Gobierno no podría seguir con el acuerdo alcanzado con las FARC, pero tampoco significa que esté acabado: el Congreso tendría facultades para “rescatarlo” y podría volver a otorgar facultades al presidente para que realice un nuevo acuerdo.