Arrancó la campaña electoral de 2022, pero las cosas no le están saliendo muy bien al jefe máximo del partido Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez.
Primero fue la coalición de candidatos en su mayoría exalcaldes de la derecha colombiana que decidieron hacer “rancho” a parte, pese a la advertencia de Uribe de “cuidado con el 2022”.
Luego el “pataleo” de los precandidatos uribistas ante la elección de Óscar Iván Zuluaga como candidato del Centro Democrático, elección que incluso tuvo denuncias de manipulación de las encuestas donde este salió favorecido.
Otro punto álgido fue ante la negativa del denominado “Equipo por Colombia” de recibir a Óscar Iván Zuluaga para participar con ellos en la consulta de marzo de 2022, hecho que obligó Uribe y su candidato a leer un lacónico comunicado donde descarta unirse a esa coalición y optar por el camino en solitario en la campaña presidencial.
El pasado fin de semana en Santa Marta, Uribe Vélez vivió momentos de zozobra ante una multitudinaria manifestación de un sector de la ciudadanía que rechazaba su presencia en esta ciudad.
El líder del Centro Democrático no pudo terminar un recorrido en la ciudad por abucheos y protestas. Según los periodistas y los publicistas de la campaña, la intención de Uribe simplemente era la de saludar a la gente de populosos sectores y promocionar a sus candidatos a Congreso y a la Presidencia.
Uribe Vélez que llegó a Santa Marta luciendo un sombrero vueltiao, mochila, camisa, pantalón y tenis, vio frustrado su propósito por una protesta ciudadana en su contra, que se generó en cuestión de minutos, cuando apenas el expresidente emprendía su recorrido.
En un principio, el líder del Centro Democrático restó importancia a las personas que le lanzaban insultos y lo criticaban. Todavía sereno, intentó continuar con su saludo a comerciantes del mercado. Pero a medida que avanzaba en su caminata, acompañado de algunos diputados, candidatos a la Cámara de Representantes y senadores como Honorio Henríquez, las voces de rechazo por su presencia en Santa Marta aumentaban.
“Asesino” y “Uribe, paraco, el pueblo está berraco”, eran, entre muchas otras, las arengas lanzadas por manifestantes, especialmente jóvenes.
En uno de los videos que circula en redes sociales, se escucha a un ciudadano diciendo “aquí estamos evidenciando cómo Álvaro Uribe Vélez llega al mercado público de Santa Marta, el que antes era un centro operativo del paramilitarismo, con su bandada de ratas”.
Uribe, quien había alcanzado a entregar algunos folletos con el título “Renglones a mis compatriotas”, se detuvo para hablar por un megáfono e intentando controlar a la comunidad que lo abucheaba.
“A todos les respetamos la libertad, pero no podemos permitir que a nosotros nos quiten la libertad”, dijo intentando retomar su visita, pero le resultó imposible.
Más personas llegaron con pancartas y hasta lanzaron frutas a la comitiva que acompañaba a Uribe. La situación se fue tornando tensa, al punto que el robusto esquema de seguridad no tuvo otro camino que suspender la visita y a toda velocidad abandonar el lugar.