Adiós perrita buena

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Por Carmenza Luna

Tú que como muchos llegaste sin suerte a éste mundo, abriste tus ojitos y viste a tu mamita enferma y débil junto con tus hermanitos. Te pusiste en pie, y todavía siendo un bebe te separaste de tu familia…

Y comenzó la vida, que dentro de tu inocencia parecía tan normal.

Cuantas calles vieron tus patitas caminar en busca de alimento, de una caricia, de un poco de agua, esquivando los autos, o tal vez jugando a perseguir un gatito o una mariposa.

Pero fueron tantos los golpes, uno tras otro, que por semanas y siendo tan joven tu cuerpito cansado yacía en agonía en el concreto.

Angelita perdónanos, llegamos tarde.

Perdona también a los miles de ojos que miraron de frente tu enorme y prolongado sufrimiento, y tal vez por sus ocupaciones o sus prisas siguieron de largo. Prisas que al fin y al cabo los llevaran al mismo lugar donde hoy te encuentras.

Pero si en ese lugar se encontrasen contigo bajarán la cabeza, porque un humano sin humanidad no es más que el desperdicio de una vida.

Duerme Angelita, ya no hay miedo ni soledad, ya no hay dolor ni hambre, no hay sufrimiento, no hay frío ni sed.

Until we meet again.

Enero 7 de 2018

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