David Barguil, el payaso del “borrón y cuenta nueva”

Por Henry Barbosa Delgado

Bastó que el inepto de Iván Duque firmara la llamada “Ley de borrón y cuenta nueva” y esta entrara en vigencia, para que el ausentista senador David Barguil fuera ungido como candidato presidencial por el decadente partido conservador.

El caballito de batalla de Barguil para salir a hacer campaña será obviamente promocionarse como el adalid de los deudores morosos reportados en centrales de riesgo.

Ahora bien, el periodismo colombiano fiel a su acostumbrada mediocridad salió a reportar la hazaña de Barguil, mostrando la bondad de la “Ley de borrón y cuenta nueva” y como ésta se acuerda y beneficia a los deudores morosos, pero no hay tal.

Primero hay que preguntarse ¿de qué le sirve una amnistía a deudores que no tienen con qué pagar?

Segundo ¿Cuáles beneficios? Si no se contempló rebaja de intereses, y estos en muchos casos, duplican el valor de la deuda.

El caso más patético es el de los 240 mil morosos del ICETEX, a quienes únicamente les están ofreciendo renegociar la deuda a más tiempo, para así sacarlos de los reportes de las centrales de riesgo, sin importar que prácticamente se les irá una vida pagando su derecho a estudiar.

Aunque el conservador David Barguil asegura que esta nueva ley beneficiará a los miles de colombianos atrapados por deudas, en su mayoría ocasionadas por la grave crisis económica derivada del gobierno de Iván Duque y del manejo equivocado de la pandemia, lo cierto es que esta ley es producto de la presión de las entidades crediticias, es decir los bancos, que son los más directamente beneficiados por la recuperación de su cartera morosa.

Se calcula que con esta “Ley de borrón y cuenta nueva” les entrará a los bancos cerca de 14 billones de pesos, es decir, que Barguil en realidad presentó este proyecto de ley para recuperarle la cartera morosa de la banca tradicional, los dueños del capital en Colombia.

Ya veremos a este lacayo de los bancos hablando como cotorra de las bondades de esta ley. Ley que por demás desconoce la dura realidad económica que enfrentan los morosos recurrentes del sistema financiero.

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