Este lunes se inicia en Soacha, el proceso ‘Un monumento posible, 6.402 razones para no olvidar’, espacio de creación colectiva que busca desarrollar un proceso de memoria, enfocado en la reparación, a través de una perspectiva artística para encontrar conceptos y lograr un prototipado de un monumento en homenaje a los 6.402 casos de víctimas de ejecuciones extrajudiciales en Colombia.
Con una duración de diez sesiones tendrá mesas de trabajo y conferencias con las que se busca capacitar y contextualizar a un grupo de personas para que puedan contribuir a la creación del monumento. Esta mesa de trabajo la componen tres fases: investigación, conceptualización y, por último, diseño y prototipado.
La iniciativa convocada por el Ministerio de Cultura se inicia con conferencias del artista José Alejandro Restrepo y la arquitecta Lucía González (integrante de la Comisión de la Verdad) y laboratorios de trabajo con la comunidad coordinados por los artistas Estefanía García y Édinson Quiñones.
Invitados a participar
José Alejandro Restrepo: Artista visual cuya obra está trazada en buena parte por imágenes documentales que cuestiona relaciones de la historia, el arte, la religión y la política.
Lucía González: Arquitecta integrante de la Comisión de la Verdad, quien fue directora del Museo Casa de la Memoria, de Medellín, y del Museo de Antioquia, con una amplia experiencia en la formulación de proyectos relacionados con la cultura y la transformación social.
Antonio Yemail: Arquitecto que ha trabajado proyectos que entrelazan el arte y la arquitectura.
Roberto Uribe: Artista y arquitecto radicado en Berlín con un interés investigativo en los contramonumentos.
Ana María Montenegro: Artista conceptual que trabaja en su obra la relación entre el lenguaje, la memoria y las imágenes.
Estefanía García: Artista visual que centra su indagación en parte de situaciones económicas, políticas y culturales que devienen del conflicto colombiano y que ha vivido personalmente.
Édinson Quiñones: Perteneciente a la comunidad nasa, utiliza la autorreferencia como modo de creación. Su obra marca el tránsito de su experiencia de habitar entre el campo y la ciudad: modos de ver y percibir los territorios.