J.F

Nadie se explica entonces, cómo las dos últimas campañas a la alcaldía de Soacha, que decidieron la mala suerte de la ciudad, se desbordaron sin recato ni pudor en el descarado despilfarro a la vista de toda la ciudadanía con la complacencia de algunos medios locales o veedores a sueldo de la administración saldarriaguista, que en su momento no llamaron el interés o la más mínima curiosidad del órgano electoral.

Por Ángel Humberto Tarquino**

Cuando no se puede superar en el debate público a los nuevos liderazgos de la izquierda y el progresismo, el establecimiento, y quienes rabiosamente se oponen a esos liderazgos, tradicionalmente han acudido a eliminarlos físicamente, y en el menos grave de los casos, optan por acudir a toda suerte de señalamientos y leguleyadas para inhabilitarlos porque incomodan a los poderes locales y regionales valiéndose de la torpeza y doble moral de quienes alguna vez equivocada y efímeramente, transitaron sin pena ni gloria por estos mismos caminos.

El personajillo de poca monta, que en su momento fungió como funcionario de la administración del alcalde Saldarriaga, guarda silencio frente a la arbitrariedad del mandatario por el abusivo incremento del impuesto predial, y lo sigue guardando sin ruborizarse frente a la descarada dilapidación de su gobernante en obras que hoy están en la mira de la Contraloría como el centro de protección animal, o la presunta remodelación del parque principal, todo un monumento al despilfarro para solo citar un par de ejemplos.

La sanción económica que logro hacer imponer por el Consejo Nacional Electoral al excandidato a la alcaldía de SOACHA por el Pacto Histórico Heiner Gaitán Parra, contrasta con la complacencia, silencio y alcahuetería que dicha Institución y de quienes posan como defensores de la transparencia tienen con las poderosas campañas políticas de los clanes políticos locales.

Ese personajillo que ahora levanta como un triunfo la sanción económica que logro hacer imponer al ex candidato a la alcaldía de Soacha por el Pacto Histórico Heiner Gaitán Parra mediante denuncia interpuesta ante el CNE por presuntamente iniciar actividades de campaña electoral antes de las fechas establecidas por las autoridades electorales, es apenas una pequeña muestra de la falsa moral que predica desde las redes sociales.

Heiner Gaitán

Nadie se explica entonces, cómo las dos últimas campañas a la alcaldía de Soacha, que decidieron la mala suerte de la ciudad, se desbordaron sin recato ni pudor en el descarado despilfarro a la vista de toda la ciudadanía con la complacencia de algunos medios locales o veedores a sueldo de la administración saldarriaguista, que en su momento no llamaron el interés o la más mínima curiosidad del órgano electoral.

Las normas del código electoral suelen ser laxas en su aplicación para los que ostentan el poder, pero rigurosas e implacables contra los nuevos liderazgos que vienen ascendiendo y luchando contra la politiquería y la corrupción en el escenario político local.

En contraste, la franciscana campaña de Gaitán, como suelen ser las campañas de los aspirantes de la izquierda y el progresismo a las diferentes instancias de participación política suelen ser hostigadas, investigadas, perseguidas, demandadas, o como lo dije antes, exterminadas físicamente como únicas formas de contrarrestar su avance y crecimiento

Frente al oneroso revés expreso el rotundo rechazo a tan selectiva justicia electoral contra el ex candidato Heiner Gaitán y otros liderazgos, a la vez que le reitero mi solidaridad interpretándolo como el punto de partida de cara al futuro para alcanzar nuevos y más importantes triunfos en defensa del interés general y el bienestar de la ciudadanía.

ahtarquinog@gmail.com

**Ángel Humberto Tarquino (Soacha, 1960), sociólogo, docente, escritor, historiador, periodista y columnista de SOACHA ILUSTRADA.