Los semáforos de la Autopista Sur

Fueron dos años donde el cinismo y la irresponsabilidad reinaron sobre el asfalto ensangrentado de la Autopista Sur, nadie entiende que a pesar de las múltiples denuncias, quejas, solicitudes y bloqueos de la vía, se hayan demorado tanto tiempo en reparar míseros CINCO (5) semáforos.

HUEVO-1-768x576Por Eduardo García, exclusivo para Soacha Ilustrada.

Hace CIENTO OCHENTA Y NUEVE AÑOS (189) años que se instaló el primer semáforo para controlar y ordenar el tráfico en las calles de la ciudad de Londres. Pasaron 181 años para que después de decenas de muertos, centenares de heridos, algunos de gravedad con tragedias humanas y familiares impensables, se instalara el primer semáforo en una de las vías con mayor tráfico vehicular de Latinoamérica como la seudo denominada Autopista Sur en el municipio de Soacha.

Precisamente pocos meses antes de que se instalara el primer semáforo en Soacha en el 2009, la muerte de una madre y sus dos hijos luego de ser atropellados por un bus en la Autopista Sur, dejó a la vista los serios problemas de seguridad de la vía.

Luz Estela Nocua Rincón, de 46 años, y sus dos hijos, Carlos, de 4, y Cristina, de 8, murieron atropellados por un bus en el punto conocido como “El Paso de la Muerte”.

La mamá y los dos menores, residentes del barrio Altos de la Florida, iban camino a un almuerzo donde unos familiares en el barrio Ducales de Soacha, cuando fueron arrollados por una buseta de la empresa Cootransvilla.

Las cifras oficiales sobre muertos por accidentalidad en la Autopista Sur no son muy completas, igualmente a nadie le ha interesado llevar este tipo de estadísticas, cifras preliminares del Instituto de Medicina Legal hablan de 148 personas fallecidas durante los años 2010, 2011 y 2012 como resultado de accidentes de tránsito en esta vía. Solamente en el año 2008 se contabilizó 220 lesionados y 42 muertos.

La instalación de los semáforos no fue obra del “espíritu santo”, fue gracias al trabajo de Juan Carlos Saldarriaga, en ese entonces Secretario de Tránsito de Cundinamarca, José Ernesto Martínez, alcalde de Soacha y Fernando Escobar, personero municipal.

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Soacha es un municipio negado donde muy pocas cosas se hacen bien, y para colmo, la corrupción e ineficiencia del Gobierno Nacional “encargado” de esta vía ha llevado al desastre la movilidad en la Autopista, impávidos los habitantes del municipio vieron como las obras de la fase I de TransMilenio duraron 10 años y aun hoy nadie habla si solo fueron los hermanos Nule los que se beneficiaron con los dineros de esta obra.

Hace algunos meses la Administración municipal mostraba como todo un logro haber firmado un convenio con la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) la reparación de los semáforos, entidad cuyo prestigio, honestidad y eficacia han estado por los suelos, circunstancia que incluso quedó ratificada con el escándalo de Odebrecht.

Nunca valieron las víctimas inocentes que perdieron la vida en esta vía, el cinismo de quienes debieron ejecutar la reparación de estos aparatos oportunamente, y de sus jefes y gerentes, es vergonzoso y debería ser repudiado por todos, de la misma manera como cuando juzgamos una negociación millonaria del Gobierno como en el caso de Reficar o cuando oímos que un dirigente de izquierda protesta y denuncia casos de corrupción.

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La mediocridad es la falta de preparación y capacidad para realizar un trabajo, la ineficiencia es la complicación innecesaria de cosas relativamente sencillas y por ende la falta de los resultados esperados. La última es consecuencia de la primera. Ambas constituyen un problema que se expande como una epidemia en todos los rincones del Estado y que reconózcalo o no están conectadas a la corrupción.

Fueron dos años donde el cinismo y la irresponsabilidad reinaron sobre el asfalto ensangrentado de la Autopista Sur, nadie entiende que a pesar de las múltiples denuncias, quejas, solicitudes y bloqueos de la vía, se hayan demorado tanto tiempo en reparar míseros CINCO (5) semáforos.

Debemos estar mal de gobernabilidad cuando esta semana, con comunicados, aparición en los medios de comunicación afines y declaraciones del encargado de la movilidad, se anunciara como victoria la reparación de estos aparatos.

Es totalmente ridículo que se aplauda trabajos pírricos y obligatorios y que además se muestren como toda una gran obra de Gobierno ¿Así de mal estamos?

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