Quien le roba a una mariposa

HUEVO

Por Eduardo García, exclusivo para Soacha Ilustrada.

Altos de Cazucá es uno de los asentamientos humanos más pobres que existen cerca del corazón de la capital de la República.

A este lugar han llegado miles de personas en la más completa miseria en busca de un lugar digno para vivir, desterrados por una sociedad inhumana e insolidaria, los habitantes de altos de a Cazucá le han sacado frutos a la adversidad y han logrado construir allí con todo sacrifico ¡Su hogar!

A través de los años decenas de aventureros, fundaciones, corporaciones y políticos, se han lucrado de alguna manera de las necesidades de los habitantes de Cazucá, algunos impunemente se han quedado con dineros, otros han construido obras mediocres subvaloradas y otros quien lo creyera, han construido una imagen de humanitarios y desinteresados, totalmente contrarias  sus verdaderas ejecutorias.

Los grandes medios de comunicación esporádicamente ordenan a sus periodistas realizar crónicas de porno miseria, en muchos casos con escritos totalmente alejados de la realidad que buscan concientizar vanamente a la sociedad indolente de la Capital, pero que generalmente solo logran aumentar la estigmatización y el rechazo con los habitantes de Cazucá.

Altos de Cazucá. Fotografia Henry Barbosa. (Dar clic para ampliar)
Altos de Cazucá. Fotografia Henry Barbosa. (Dar clic para ampliar)

En Cazucá vive gente maravillosa, honesta, trabajadora, donde algunos pese a las vicisitudes de la vida han logrado hacer en esas inhóspitas lomas un hogar.

Por sus calles polvorientas e irregulares, han crecido en medio de privaciones y necesidades varias generaciones, olvidadas de los beneficios mínimos que puede brindar un Estado inane como el colombiano.

Sin parques, sin zonas verdes, sin sitios de recreación, su infancia y su inocencia se han ido vanamente en medio de los peligros de una violencia que genera no solo la falta de oportunidades, el tráfico de estupefacientes, la indolencia y mediocridad del Estado, sino también la corrupción desenfrenada e impune nacida desde los mismos despachos públicos.

Algunas ONG´s, apadrinadas bajo títulos rimbombantes, padrinazgos políticos sospechosos, profesionales con dudosas especialidades, se han lucrado y han convertido en negocio las ayudas e inversiones algunas privadas y otras del Estado, que en algún momento se han destinado para este lugar.

Las cosas parece que han cambiado, si alguien se imagina que es fácil adueñarse de los dineros destinados para la población más pobre del país se equivocó, por eso hacemos un llamado desde esta tribuna a la Contraloría General de la Nación, la Procuraduría y la Fiscalía, para que este atenta  a cualquier irregularidad con los dineros que financian programas para los niños de Altos de Cazucá.

Es lo mínimo que se le puede pedir a la gente de bien que aún queda en Soacha y que se supone, es la mayoría.

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