Los días 10 y 13 de febrero se decidirá en Comisión y Plenaria del Concejo Municipal la solicitud presentada por el gobierno municipal a la Corporación para que autorice al Alcalde a contraer un empréstito con la banca privada por $120.000.000.000 cuya destinación está contenida en 9 proyectos de acuerdo que forman parte de algunas de las metas del Plan Municipal de Desarrollo para ejecutar obras que carecen de recursos propios y que tendrán un impacto significativo en el mejoramiento del bienestar general de varios sectores de la población.
Es de anotar que dichas obras responden a las expectativas de la población y a los compromisos de gobierno del actual mandatario que contrastan con las promesas de suntuosas obras fuera de toda proporción y valor como el pretendido puente de Cristal que en su momento defendieron a capa y espada quienes hoy reclaman el liderazgo y se rasgan las vestiduras sintiéndose la oposición al Periquismo.
Pero frente a esta petición que realiza el mandatario, es importante señalar algunos aspectos que deben ser conocidos por los ciudadanos.
Que la ciudad pasa por una profunda crisis financiera que ha venido creciendo con el paso de las administraciones, sobre todo la del Saldarriaguismo, que endeudo la ciudad con una cifra casi tres veces mayor, situación que se suma a un lento crecimiento de los ingresos propios (impuesto predial, e industria y comercio entre otros). A ello se suma el pago de intereses de la deuda pública y el creciente aumento de las necesidades de la población que requieren pronta y efectiva respuesta del actual gobierno municipal.
No obstante estos esfuerzos, el monto de la deuda a contraer, solo será un paliativo para resolver algunos de los numerosos problemas estructurales que afronta la ciudad y sus habitantes como consecuencia del desgobierno y el derroche de todas las administraciones sin excepción incluida la presente.
Como si la complejidad y los costos de las soluciones que se quieren implementar no fueran suficientes, y sin saber los riesgos que correrán esos recursos en su manejo y administración, las concejalas, ediles y ciudadanos deben cerrar filas en el celoso manejo y ejecución de tan cuantiosos recursos conformando veedurías, porque el mal manejo de esos recursos lo asumirán los ciudadanos vía incremento del impuesto predial o la creación de otros nuevos tributos si no se ejecutan en forma trasparente y responsable.
Frente al panorama de incertidumbre y desconfianza al que se enfrentarán con razón los ciudadanos, se suma la difícil decisión que deberán tomar nuestras representantes en el Concejo Municipal.
En relación con la decisión que les corresponde tomar a nuestras concejalas, no faltarán en su momento la andanada de críticas y condenas por parte de los detractores y opositores al gobierno del Periquismo por lo que se deberán asumir más por exceso que por defecto, pues finalmente aquí el más importante beneficiario de su decisión serán los ciudadanos.
El más probable escenario es que el gobierno cuenta con una mayoría relativa suficiente para que dicho proyecto pase a pesar de todas las objeciones y críticas que se le puedan hacer. Los alfiles del Saldarriaguismo, que presumen de ser la oposición pero que aún no se reponen de la derrota infringida por el Periquismo, votaran negativamente como una manera de expresar su prolongada frustración más que mostrar verdadera preocupación por el mejoramiento del bienestar de los ciudadanos, los cuales de todos modos ellos en su momento los ayudaron a elegir
Para el Pacto Histórico si bien no le será fácil decidir si apoya o no la solicitud de autorización del empréstito, considero que darle su apoyo significará claramente ponerse a favor de la solución de algunas de las necesidades de la ciudadanía que se lograran cubrir con esos recursos, y lo más importante, realizar su seguimiento estricto y sistemático para que cumplan el cometido de paliar las necesidades de la población y el desarrollo de la ciudad.
La negación absoluta per se a la solicitud de autorización por parte del Saldarriaguismo, más que afectar la credibilidad del gobierno, solo afectará el impacto positivo que puedan alcanzar dichos recursos, aunque como se espera, no demoraran quienes se autoproclaman de oposición de demonizar la decisión de las concejalas.
**Ángel Humberto Tarquino (Soacha, 1960), sociólogo, docente, escritor, historiador, periodista y columnista de Soacha Ilustrada.