TENEMOS HUEVO: Intentemos acabar la pesadilla

Hoy con dolor y tristeza podemos decir que nuevamente ganó el terror y la barbarie, Álvaro Uribe ya no cuenta con un candidato, sino que tiene cuatro.

Por Eduardo García, exclusivo para Soacha Ilustrada.

En quince días comienzan verdaderamente las campañas a la Presidencia de Colombia, es decir que después del 13 de marzo dejaremos de ver payasos con ínfulas de estadistas, mediocres saltimbanquis untados hasta el cuello con el estiércol de la mentira, la hipocresía, la traición y la corrupción. Cumplido su papel, los veremos corriendo como conejos detrás del candidato que les va a garantizar los privilegios, los puestos y los contratos.

Los candidatos ganadores de la consulta de las coaliciones Centro Esperanza y Equipo Colombia se declararán dispuestos a salvarnos del desastre que nos está dejando Iván Duque, el hijo putativo del “Ñeñe” Hernández. al que le faltan seis meses para pasar a recibir su pensión vitalicia por haberse tirado el país.

Hoy con dolor y tristeza podemos decir que nuevamente ganó el terror y la barbarie, Álvaro Uribe ya no cuenta con un candidato, sino que tiene cuatro. Por un lado, Oscar Iván Zuluaga, quien dos días antes de lanzar su candidatura la Fiscalía le borró todas las investigaciones por el caso Odebrecht, Federico Gutiérrez su otra carta, no tendrá ningún inconveniente en arrasar en la consulta a los mediocres Peñaloza, Char y Barguil, mientras en la coalición de la Esperanza, Alejandro Gaviria su galló “tapao”, ya mostró su verdadera cara y juntó la podredumbre de la clase política tradicional.  Caso aparte es Rodolfo Hernández, polémico millonario cercano desde hace mucho tiempo a Uribe y que nunca ha negado su afinidad con el expresidiario.

Mientras la debacle y el terror se legaliza con las votaciones ya cantadas, el subpresidente Duque, seguirá disfrutando sus 38 cocineros, ocho aviones, y cuatro mil millones de presupuesto diario que se gasta. Mientras el pueblo solamente come una comida diaria y el hambre ronda por todos lados, en el Palacio de “Nari” se vive con tanta ceremonia y lujos como si fuéramos descendientes de algún reyezuelo esclavista del siglo XVII, o peor, al estilo de la narcocultura estrafalaria y ostentosa de los capos del narcotráfico.

Se necesita intentar acabar esa pesadilla, Colombia necesita urgente un cambio profundo y pacífico para que tengamos por lo menos un lugar en la tierra en que nacimos, es lo mínimo. Eso se está intentando hacer con algunos aspirantes que luchan limpiamente por hacer una política que beneficie a todos, desde la Guajira hasta el Chocó.

Muchas regiones carecen de todo, en su mayoría están carcomidas por la corrupción y para colmo azotadas por la violencia. Se necesita con urgencia políticas integrales que salven estas regiones olvidadas. Hacia allá debemos encauzar nuestros esfuerzos para que surjan nuevos liderazgos, colombianos formados con conocimiento profundo de nuestras realidades y compromiso con su territorio, para que las nuevas generaciones tengan las herramientas necesarias para realizar su proyecto de vida.

Es hora del cambio, no hay de otra, pero para cambiar es necesario comenzar a hacerlo por el Congreso, votando por personas honradas y con ese interés de servir. Intentémoslo, aún hay candidatos que no compran votos y pueden ayudar a sacar del fango al país, lodazal de muerte y violencia en el que nos metió el narcoestado uribista.

*Las opiniones expresadas en este artículo de opinión son del autor y no de SOACHA ILUSTRADA.